En 1972, el general Oufkir y algunos pilotos llevaron a cabo un golpe de Estado contra el difunto Hassan II. El fracaso de este intento fortaleció claramente el régimen y la estabilidad del reino, obligando a la oposición a someterse a sus reglas. El 16 de agosto de 1972, el reinado de Hassan II enfrentó un segundo intento de golpe de Estado en apenas 14 meses. Esta vez, el general Mohamed Oufkir, ministro de Defensa, aprendiendo de los errores del fallido intento del teniente coronel M'Hamed Ababou en julio de 1971, decidió confiar en los aviadores. El plan consistía en derribar el Boeing real que regresaba de Francia. Sobre el papel, la ejecución parecía sencilla y al alcance de los conspiradores. Sin embargo, el plan estuvo plagado de fallas. Los pilotos de los seis aviones de combate F-5 no estaban todos al tanto del verdadero objetivo de la misión «Boraq». Algunos fueron informados justo antes de subir a sus aviones, como el teniente Abdelkader Ziad, o incluso en pleno vuelo, como el teniente Hamid Boukhalif. El 17 de octubre de 1972, un tribunal militar los condenó a la pena de muerte, sin posibilidad de clemencia ni reducción de pena. Consecuencias en la estabilidad de Marruecos El golpe de los aviadores tuvo el mismo destino que el de los jóvenes cadetes de la academia militar de Ahermoumou en 1971. Sin embargo, aún persisten dudas sobre la posible implicación de opositores políticos y embajadas extranjeras en el complot. El difunto Hassan II, por razones políticas, decidió no profundizar en el asunto, una estrategia que resultó efectiva. Menos de dos días después del fallido golpe, el Reino Unido se vio obligado a extraditar al capitán Larbi El Haj, piloto de la operación Boraq, quien había logrado huir a Gibraltar en un helicóptero. Por otro lado, los líderes de la UNFP que permanecieron en Marruecos optaron por distanciarse de sus compañeros en el exilio, quienes abogaban por la lucha armada para derrocar al régimen. Aceptaron la oferta de participar en el juego democrático. En el otoño de 1975, en plena preparación para la Marcha Verde, los aliados de Abderrahim Bouabid lanzaron el USFP. Un año antes, Bouabid había sido enviado a Europa para defender la intención del reino de recuperar el Sahara Occidental. Estos eventos sellaron una reconciliación entre el régimen y sus principales opositores internos. A pesar de algunos momentos de tensión, como en 1981, la reconciliación se mantuvo firme. Dos décadas después, en 1998, se formó el primer gobierno de oposición, liderado por un antiguo adversario de Hassan II.