El Consulado General de Marruecos en Bruselas celebró el jueves una ceremonia en honor a los futbolistas marroquíes sub-20, Ali Maamar y Anas Tajaouart, quienes se coronaron campeones del mundo en Chile. El evento contó con la presencia del seleccionador del equipo nacional sub-20, Mohamed Ouahbi, jóvenes del club Anderlecht donde militan Maamar y Tajaouart, y numerosos miembros de la comunidad marroquí residente en Bélgica. Fue una oportunidad para reconocer la trayectoria ejemplar y excepcional de estos dos talentos marroquíes, símbolos de éxito, perseverancia y orgullo para la juventud marroquí en el extranjero. En sus palabras de apertura, el cónsul general de Marruecos en Bruselas, Hassan Touri, expresó su alegría por homenajear a los dos campeones del mundo que llevaron en alto los colores de Marruecos durante el Mundial sub-20 en Chile. Su éxito deportivo es una fuente de inspiración para todos los marroquíes, quienes vibraron al unísono al ver al fútbol nacional alcanzar la cima mundial, comentó. Por su parte, el seleccionador Mohamed Ouahbi dirigió un mensaje lleno de ánimo y motivación a los jóvenes presentes, instándolos a creer siempre en sus sueños, a trabajar arduamente y a confiar en sí mismos. «El fútbol es, ante todo, una escuela de pasión, trabajo y perseverancia. Ya sea en el deporte, en la escuela o en la vida, siempre hay que esforzarse, mantener la fe y permanecer apasionado», subrayó. Los dos campeones del mundo, Ali Maamar y Anas Tajaouart, expresaron su orgullo y gratitud por la cálida bienvenida que recibieron en el Consulado General de Marruecos en Bruselas, diciendo que se sentían honrados de haber contribuido a esta epopeya histórica del fútbol marroquí. «Nada reemplaza el trabajo, los sacrificios y la perseverancia. Cada día cuenta, ya sea en el fútbol o en la escuela», afirmaron, precisando que sus sueños de infancia se han hecho realidad gracias a la fe, la disciplina y el esfuerzo constante. Marruecos ha marcado un hito en la historia del fútbol mundial al ganar, por primera vez, la Copa del Mundo sub-20 disputada en Chile. El equipo marroquí se destacó por su juego colectivo, su solidez defensiva y su espíritu combativo.