A unos treinta kilómetros de Ouarzazate, en el pueblo de Skoura, una kasbah se destaca de las demás por su tamaño y belleza. La kasbah de Amridil ha perdurado durante varios siglos, gracias a la tenacidad de la familia propietaria que no ha abandonado este tesoro arquitectónico amazigh. Embárquese en la ruta de las 1001 kasbahs, el camino de las antiguas caravanas transaharianas, a solo 38 kilómetros de Uarzazat. En el corazón del palmeral del pequeño pueblo de Skoura, el paisaje parece sacado de una película de Hollywood. La majestuosa kasbah de Amridil despierta la curiosidad e invita a explorar sus secretos. Esta ciudadela es un referente turístico de la región, como lo destaca Zoubir Bouhoute, director del consejo provincial de turismo en Uarzazat: «La Kasbah de Amridil es una de las más conocidas de la provincia. Se encuentra en Skoura, famoso por su palmeral y su rica biodiversidad. Situada lejos del bullicio de la ciudad, en un entorno desértico adornado con palmeras y olivos, la Kasbah es una atracción imperdible tanto para la provincia como para Skoura.» Kasbah de Amridil Un viaje al pasado familiar La Kasbah de Amridil fue edificada a finales del siglo XVII por Mohammed Nassiri Skouri y ha sido un legado familiar desde entonces. Hoy, Réda Nassiri, descendiente del fundador, es quien está al frente del lugar y de la casa de huéspedes adyacente. En conversación con Yabiladi, el joven de 31 años expresa su orgullo por este legado. Relata que, en sus inicios, la familia vivía dentro de la Kasbah junto a sirvientes y guardianes, distribuyéndose en las 30 habitaciones del lugar. «Hacia finales de los años 50, mi familia se trasladó, dejando la Kasbah en buen estado. La sequía y el fallecimiento de Mohammed Nassiri Skouri dispersaron a la familia», comenta Réda Nassiri. A pesar de ello, al menos una persona permaneció para cuidar el lugar: «Desde 2009, estoy a cargo de la Kasbah, mi familia confió en mí.» Desde hace tres décadas, Amridil se ha convertido en un museo. Los visitantes pueden admirar manuscritos, monedas de oro, vestimentas tradicionales y objetos antiguos, elementos que permiten sumergirse en la historia de esta ciudadela, enriquecida por las anécdotas del guía local. «Mi familia ha seguido cuidando de la Kasbah, invirtiendo en la restauración de techos y cimientos. Ni el Estado, ni las asociaciones, ni las cooperativas, ni la UNESCO se han hecho cargo de ello.» Réda Nassiri, responsable de la Kasbah de Amridil Interior de la Kasbah de Amridil La belleza y singularidad de esta kasbah han atraído a producciones cinematográficas extranjeras, que se instalan durante días o semanas para sus rodajes. Dos películas emblemáticas, como "Lawrence de Arabia" y "Ali Baba y los cuarenta ladrones", han sido filmadas en esta ciudadela. Gracias a los ingresos por entradas y a los aportes de las producciones cinematográficas, la kasbah se mantiene en pie. Aunque poco conocida entre los marroquíes, es frecuentada por turistas, principalmente extranjeros, «especialmente durante los meses de marzo a mayo, en octubre y durante las fiestas de fin de año», asegura el responsable del sitio. Desafortunadamente, la Kasbah no está inscrita en el patrimonio mundial de la UNESCO, ni siquiera en el patrimonio nacional.